Su dieta mayormente herbívora, centrada en el bambú, impulsa un equilibrio vital en los bosques, fomentando la regeneración de esta planta y preservando su hábitat. Además, su estatus de especie emblemática no sólo sensibiliza sobre la conservación de la biodiversidad, sino que también destaca la interconexión crucial entre los ecosistemas y la necesidad de protegerlos para mantener la salud del planeta.